La cola
del hambre
Que recorre tu extenso cuerpo viejo y extenuado. Joven y
malvivido.
Que se aprendió la hora en la que sirven en el comedor popular
Que se aprendió la hora en la que sirven en el comedor popular
los frugales menjunjes y ralos tés calman los vórtices
estomacales.
Paliativo
en charolas enmohecidas en gobiernos insensibles
Donde las escasas monedas campanean en los bolsillos cerca a la panza
Donde las escasas monedas campanean en los bolsillos cerca a la panza
y reverberan en los oídos de tísico
Se ve y
siente
como aroma de yerba luisa en derredor del comedor,
como aroma de yerba luisa en derredor del comedor,
la vejez del
hambre
el hambre de la indigencia
el hambre del olvido
Hombres y mujeres se confunden
el hambre de la indigencia
el hambre del olvido
Hombres y mujeres se confunden
Y
el más ruin
el hambre de la miseria y el olvido
En el invierno más crudo y el verano más fiero
el hambre de la miseria y el olvido
En el invierno más crudo y el verano más fiero
La
indigencia
El infierno o el cielo
La anemia y la tifoidea con guadaña camina cabizbajo, ida y vuelta, en la larga cola de hambrientos comensales
El infierno o el cielo
La anemia y la tifoidea con guadaña camina cabizbajo, ida y vuelta, en la larga cola de hambrientos comensales
Charolas
que cascabelean pronto. Pan y más pan es el complemento y suplemento
La vejez
es la peor enemiga, la amiga y el paradero final
El chasquido de cucharas y
tenedores, en concierto animal
condicionan, también, según Pávlov.
El albur de la vida nos puede tener reservada una
silla y una mesa.
¡Cuidado animal presumido…¡
PLG
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Buena Pedrito. ¡Te felicito! Muy sentido, muy real, muy cruel. Así es la vida de muchos.
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